martes, 11 de agosto de 2009
En la banca de una Iglesia 8
Un ladrido lejano, y luego otro…
Los ojos de Estuardo temblaron con cada ladrido, dentro de si, Estuardo se esforzaba por despertar, pero le resultaba difícil, la claridad ya pegaba de lleno en su cara, cosa extraña pues en su cama, la claridad no existía hasta que llegaba su mamá pues era precisamente con eso que lo despertaba, llegaba generalmente cantando a correr las cortinas, extrañando precisamente el canto de su mama, fue que Estuardo se dio cuenta que no sabía donde estaba. El dolor de cabeza era indescriptible y en el momento de subir sus manos para tomarse la cabeza, su codo topo con un “algo” cálido y suave.
Al momento de voltearse, Estuardo notó la cara de Yoselin descompuesta sobre la almohada.
Se levantó lo más rápido que pudo, solo para descubrirse completamente desnudo, y con leves manchas de algo en la entrepierna.
No recordaba la habitación en la que estaba, pero notó que la puerta estaba abierta al igual que las ventanas.
El pánico le invadió, no hay nada más horrendo que no recordar. Un ser humano es lo que recuerda pues basado los recuerdos somos felices o infelices y en base a recuerdos actuamos para el futuro. Se vistió y aun sin comprender donde estaba, se acerco a Yoselin para ver como estaba, pero justo en ese momento que alguien hablaba fuera de la habitación.
-Claudia, ¡mira como me dejaste el pecho! ¡Todo lleno de chupones!
Estuardo comprendió en ese momento donde estaba pero no porque, ni a qué hora había pasado del patio a un cuarto y mucho menos de platicar con Yoselin a acostarse con ella. Decidió que lo mejor era alejarse para poder pensar, pues la sola visión de la situación le producía arcadas debía pensar despacio, quizás mentir… quizás decir que el se fue en la noche.
El miedo lo hizo salir corriendo alejándose lo más que podía y sin voltear atrás, sabía que estaba cometiendo un error grave pero no tenía idea de las consecuencias del error, si es que podía llamarse de esa forma.
En la banca de una iglesia 7
-Ala Teacher!! No sea malito…
- Sabes que pasa Yoselin que, si te abrazo y sale alguien van a pensar mal.
- Pero es que tengo frio...
- Te puedo dar mi Sudadero si quieres.- Estuardo dijo esto al mismo tiempo que se quitaba el sudadero gris que llevaba puesto.
- ¡Es que yo lo que quiero es que me abrace, no sea asi!.
La contundencia de la frase de Yoselin, fue fuerte, y casi en tono de mandato lo que hizo que Estuardo reaccionara acercándose más a Yoselin pero siempre con cautela, el recordaba a su padre cuando llegaba tomado, y siempre le había temido a las reacciones “alcohólicas” como el le decía.
-¿Sabe que pasa, Teacher?
-Dime Yoselin.
- Que Usted me parece el hombre más guapo e inteligente del mundo…
-Gracias Yoselin, pero … ¿no quieres tomarte un cafecito?
Yoselin se había acercado a Estuardo aun mas, casi hasta sentir su aliento en los ojos, y súbitamente se acercó a besarlo , pero en un movimiento intempestivo Estuardo puso la mano en medio de ellos y se separó con cara de sorpresa.
-Ahh..¡¡ me rechaza!! Dijo Yoselin casi gritando.
-Esto no es la manera de tratar a una dama!! Esto si lo dijo gritando, pero en un acorde a perfecto tempo, asesto en la mejía de Estuardo una sonora cachetada que Estuardo no pudo más que atesorar entre su mano y mejía, volteando a ver a Yoselin.
Estuardo vio a Yoselin corriendo hacia la casa, mientras empezaba a meditar si era correcto irse, pues Yoselin no era Yoselin en ese estado. Su conciencia le dictaba que lo mejor era esperar debido a lo que sentía, pues no sabía cómo explicarse la sensación que tenía cuando estaba cerca de Yoselin, era como dolor de estomago pero sabroso…
Cuando Yoselin entro en la casa, pudo notar que nadie estaba en la sala, solamente Claudia y su novio estaban en el suelo tras uno de los sillones, pero no distinguió quien era quien, pues la ropa de ellos no estaba en su lugar, y brazos piernas y cabello se movían en todas direcciones.
Yoselin recordó el cocktail que el novio de Claudia le había dado y agarrándolo se acerco a la ventana para ver si Estuardo aun estaba allí afuera, muy poco después del primer sorbo, la sensación de Yoselin fue mutando como oruga en capullo, no sabía que sentía ni que hacia, pero en una de sus últimas decisiones en un estado de semiinconsciencia, pensó en salir con Estuardo e invitarlo a tomar un trago del cocktail para hacer las paces.
Yoselin salio,y Estuardo la vio diferente, pero no se atrevió a decir nada pues le temia a la reaccion "alcoholica" ella se acerco y suavemente le ofreció un trago del cocktail, diciendole:
- Tome, hagamos las paces.
martes, 16 de junio de 2009
En la banca de una Iglesia 6
Ya en el atrio de la Iglesia, Estuardo no sabía que pensar. Sus ansias y sus miedos se confundían los unos con los otros, pero la preocupación por la situación de Yoselin era aun más fuerte que él, le era absolutamente necesario, hablar con ella y saber que le pasaba.
Cuando entro a la Iglesia pudo ver a una anciana saliendo con un rosario en la mano, las arrugas de su cara parecían el resultado de la erosión causada por las lagrimas derramadas durante años, y no pudo evitar pensar que la diferencia entre Yoselin y la anciana, aparte de el tiempo, debía ser él y el apoyo que pudiera brindarle, fuera cual fuese el problema que la había llevado ahí.
La vio hincada en la tercera banca de la derecha, en una profunda platica con Dios, que no quiso interrumpir por lo que se acerco sin hacer ruido y luego de una larga espera, se atrevió a tocar a Yoselin por el hombro.
-Ya estoy aquí.
-Gracias por venir Teacher.
Ambos se fundieron en un abrazo, que ninguno quería que terminara.
-Teacher, dijo Yoselin entre sollozos, ¡¡fui violada!! En la fiesta… amanecí en la cama de Claudia, desnuda… y con los muslos manchados de sangre…No le conté nada a nadie, porque yo tuve la culpa, me tome unos tragos que no me cayeron bien, y no me acuerdo de nada, Solo me levante y me bañe teacher por que me sentía sucia…pudo haber sido cualquiera de esos cerotes si no es que todos ¡¡teacher!!...No me he sentido bien desde entonces… Creo que los voy a denunciar, pero ya han pasado 5 semanas… no creo que la policía me crea…
- Yoselin, no lo hagas, sería un error, le dijo Estuardo, acariciándole el pelo con una mano y secando lo las lagrimas de la mejilla con el pulgar.
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Bueno Claudia, ¡¡vamos a brindar!! Dijo el novio de Claudia llevando varios vasos plásticos en las manos y repartierdolos a todas las amigas de Claudia.
-¿Qué es? Dijo Yoselin, alcanzando a meter la nariz entre el vaso.
- Medias de seda, dijo Claudia.
¡¡Arriba!!¡¡ Abajo!!¡¡ Al Centro y Adentro!! Todas las chicas al unísono entonaron la frase, al tiempo que daban algunos sorbos al cocktail que tenía el vaso, excepto Yoselin, no confiaba mucho en los tragos preparados por esos tipos.
-Yosi, y el Stuard? Pregunto Claudia.
- Me dijo que iba a venir un poco tarde, pero de que viene… viene.
La plática y la música no habían parado desde el inicio de la fiesta, y como en toda fiesta, los grupos de amigos se habían reunido según sus intereses, unos bailaban otros platicaban pero Yoselin esperaba.
Luego del cocktail todos habían seguido divirtiéndose con cerveza, Yoselin había conseguido que le dieran permiso para dormir con Claudia, lo cual le había permitido experimentar un poco con el alcohol, situación que la había preparado para recibir de manera especial a Estuardo cuando arribo a la fiesta.
¡¡Estuardo!! Teacher Estuardo… la melosa y un poco arrastrada vos de Yoselin, no fue la bienvenida que Estuardo estaba esperando para la fiesta.
-Yoselin, ¿has estado bebiendo?
- Solo un cachito, dijo Yoselin cerrando un ojo y juntando su pulgar e índice frente a él.
-¿Sabes qué? Porque no salimos un rato Yoselin, te caería bien tomar un poco de aire fresco.
-De acuerdo Teacher, vamos afuera, las estrellas me ponen ¡romántica!
En la banca de una Iglesia 5
El sonido del teléfono, en un perfecto acorde de Do mayor, se acompasaba con cada dos respiraciones de Yoselin, y ella empezaba a desesperar, a pesar de que el Do mayor apenas había sonado un par de veces. Finalmente escucho la voz de Estuardo al otro lado de la línea.
- Aló…
-Teacher, soy Yoselin.
-Yoselin, que bueno que llamas, antes, de que digas cualquier cosa, quiero pedirte perdón por lo que paso en la fiesta, realmente no sé que me pasó… creo que solo me deje llevar, Cuando me fuiste a buscar… bueno, te ruego mil disculpas. Espero sepas perdonarme… No sé porque me fui, tuve miedo quizás pero te iba a llamar sé que he dejado que pase el tiempo de manera absurda pero no había tenido el valor de llamarte, o ir a buscarte.
Yoselin recordaba perfectamente, el beso furtivo que Estuardo había suavemente dejado en sus labios, la noche de la fiesta, como quien dibuja una primera pincelada en un lienzo en blanco. Pero también recordaba su inexplicable reacción al devolver, no tan suavemente, una sonora cachetada a Estuardo, y el salir corriendo nuevamente a la casa de Claudia, sin mediar explicación. Todo esto antes de perder totalmente noción de sí misma, y perder por completo la conexión con la realidad.
-No se preocupe Teacher, realmente, como no se iba a ir si yo lo ahuyente, no sé que me paso, discúlpeme Usted… Pero ahora quiero que me ayude, tengo un problemita… bueno un problemota, que necesito contarle. ¿Cree que nos podemos juntar en la iglesia de San José?
-¿Que tienes Yoselin? ¿Por qué ahí?
-Porque necesito de testigo a Dios para lo que le voy a contar, por fa, lo espero.
- Voy para allá Yoselin.
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-Burundanga le dicen a esta mierda vos, me la dio el colombiano, aquel que conociste en Mac hace como dos semanas, dijo el novio de Claudia.
- ¿Y eso las va a poner calientes? Pregunto el chico de la gorra.
- ¡Deja lo calientes! Se les va a olvidar toditito… no se van a acordar de ni mierda después.
-¿Y el polvito qué onda? ¿Cómo se los damos? Dijo el de la gorra.
- Dice el colombiano que no importa, que si se los damos en una bebida mejor, pero que igual se los podemos dar, olido o que solo que lo toquen, y ¡¡Zaz!! ¡¡Son nuestras, cerote!!
-¿Y cuanto hay que darles vos?
- Un cachito nada mas, la mierdésima parte de una cucharada, porque si no, nos las quebramos…
-Pero mira vos, yo si quisiera que la Colocha se acordara, ya lo hemos platicado antes…
- Mira Cerote, ¿estás conmigo en esto o no?
- Bueno… Si.
- Va, Jaleas pues, que ¡¡hoy si se nos va a hacer la fantasía!!
martes, 9 de junio de 2009
Mamagrande
“Tengo manita, no tengo manita, por que la tengo desconchabadita”… es una frase que la tengo escondida detrás del centrómero de cada uno de mis genes.
¿Como olvidar la primera tonada que escucharon mis oídos cuando estaban 0 kilómetros?
Su mano sobaba mi cara de arriba abajo interrumpiendo en mis ojos su imagen sonriente como un sol. Ella siempre pensó que me enojaba que me pasara la mano de esa forma, pero realmente, me encantaba jugar con ella. Lo que me enojaba era no continuar viéndola... cosa que va a ocurrir de ahora en adelante.
Fue una abuelita especial, tan especial que nunca fue una abuelita, fue un ser fantástico casi mitológico, por que en su vida no hizo nada mediocremente, todo lo hizo en grande, hasta su labor de madre… hasta ahora entiendo por que era Mamagrande.
Voy a extrañar mucho a la viejita, a toda ella… que a pesar de su fragilidad, no se cansó nunca en su vida de luchar y dar ejemplo.
Voy a extrañar su sonrisa, sus abrazos y sus canciones, su entrañable amor a su patria que no perdió por un instante, que honramos al depositar de esa tierra en la puerta donde se fue al cielo.
Le doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de compartirla conmigo durante todos estos años, pero entiendo también que la necesitaba allá arriba, soy egoísta y me va a hacer falta abrazarla y besarla, y escucharla contar historias de cuando era niña.
Espero sinceramente que la hayamos hecho feliz, pues no se merecía menos de eso…
Hasta pronto Mamagrande!!
jueves, 28 de mayo de 2009
En la banca de una iglesia 4
Yoselin divagaba en el bus de regreso, recostaba su cabeza en el vidrio intentando desdibujar su aliento como lo intentaba con su pasado.
No lograba quitar de su cabeza lo que acababa de escuchar y como lo iba a decir.
Seguramente su Mamá, lloraría, quizás, solo quizás la entendería pero seguramente su vida no seria la misma nunca mas, otra historia iba a ser su Papá
Y… si ¿no decía nada? No cambiarìa nada.. Pero ¿como no iba a decirlo? Pero y … si ¿mejor mañana? No se notaria si no hasta después de algunos meses.. Eso si lo conservaba…
-¡No! ¿Como puedo estar pensando así?, hay que hacer de tripas corazón y hacerle huevos… pero ¿como?
- Con quien de plano voy es con el Teacher Estuardo, el sabrá que hacer.
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-Vos Yosi, dijo Claudia, Va a ser mi cumple y voy a armar un chupe en mi casa, ¿te apuntas?
- Depende, dijo Yoselin, ¿quienes van a ir?
- Solo las de la foto, ¿por que?
- No me refiero a nosotras, si no a tus amiguitos, por que esa marita de tu novio no me gusta vos.
Yoselin se refería a los amigos de Antonio el novio de Claudia, nunca le había agradado el, pues siempre que Claudia no se encontraba, Antonio la abordaba con todo tipo de insinuaciones sin decirle nada.
- Si vos no me dejas sola, entonces si voy.
- ¿Y cual va a ser el problema de que te quedes sola? De todos modos el Teacher va a ir.
- No es él, sos vos cuando tomás
- Ya estas grandecita Yosi, te podés, muy bien, cuidar solita no jodas.
Esa fiesta, marcaría para Yoselin, y todos los asistentes, un punto sin retorno.
Algunas veces en la vida uno quisiera que las cosas no pasaran, pero pasan. Y las culpamos, como si no fuéramos nosotros lo responsables de lo bueno y lo malo que nos ocurre.
El problema es no tenemos como visualizar lo que nos espera si tomamos tal o cual camino, pero ¿que seria de la vida si lo supiéramos?
viernes, 20 de febrero de 2009
En la banca de una iglesia 3
Esto no me puede estar pasando a mí… Ya la situación era una mierda, y ahora…
Por más que Yoselin trataba de asimilar lo que sucedía, su cuerpo y su mente solamente podían pensar en negro o en blanco, no recordaba ni los colores.
- Señora, ¿no se lo esperaba verdad?- Le dijo la señorita del Laboratorio.
- La verdad no… bueno esperaba…, no mas bien deseaba otra cosa.- Alcanzo a murmurar Yoselin.
El golpe de la noticia hizo que Yoselin desvaneciera por un momento y cayera al suelo. Cuando pudo abrir los ojos, vio la cara asustada de la señorita del laboratorio que le decía.
- ¿Se siente mejor? ¿Quiere que llamemos a alguien? ¿Al Papá? ¿O a sus Papás?
Yoselin se sentó, y respiro hondo.
- No tenga pena señorita, con mis papas lo hablare en su momento, y… yo se que no me va usted a creer, pero el Papá… no se realmente quien es el papá…
La cara de sorpresa de la señorita, dijo más de cien palabras, una extraña mezcla entre estupor, sorpresa y enojo.
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-Holaaa Mamaaa, - Entro saludando Yoselin a la casa, lanzando la mochila a un sillón de la sala y el sweater del colegio a una silla del comedor.
- Ya veniste mijita- contesto la mama con un beso en la mejilla.
- No Mama, todavía vengo en camino.
- No te burles, ¿vas a almorzar?
- Son las cinco de la tarde… mejor ceno después
Realmente Yoselin no salía tan tarde del colegio, pero sus papas desde pequeña la habían inscrito en un colegio que quedaba al otro lado de la ciudad, Quizás con el afán de esconder un poco sus dificultades económicas.
La casa de Yoselin quedaba en una colonia que al principio era residencial, pero con el pasar de los años se había rodeado de asentamientos y colonias populares alrededor.
- Ese ruletero es una desgracia mama, para venir a la colonia se tarda lo que le da la gana, deberías decirle a mi papa que te compre carro así me vas a traer. Este era un reclamo común para Yoselin, no le gustaba realmente subirse al transporte urbano.
- No seas así con tu papa, no ves que se lo lleva la fregada y tú exigiendo.
- Te acompaño el Teacher? Dijo su mama.
- Hasta donde siempre mama, el resto como siempre. Caminando
CONTINUA
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